Los bosques y selvas absorben el dióxido de carbono de la atmósfera y lo convierten, a través de la fotosíntesis, en carbono que almacenan en forma de madera y vegetación. Este proceso se denomina “fijación del carbono”. De esta forma contribuyen considerablemente a reducir las cantidades de este gas en la atmósfera. Contrariamente la destrucción, explotación excesiva o los incendios de los bosques producen y liberan dióxido de carbono a la atmósfera.
Por ello, la conservación y uso sostenible de los recursos forestales representa una de las principales soluciones naturales para la mitigación y adaptación ante el cambio climático. En otras palabras, los ecosistemas forestales del país representan el mayor sumidero terrestre de carbono y tienen el potencial de aportar el 22% de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) propuestas en los acuerdos internacionales para hacer frente al Cambio Climático.
Por ello, la conservación y uso sostenible de los recursos forestales representa una de las principales soluciones naturales para la mitigación y adaptación ante el cambio climático. En otras palabras, los ecosistemas forestales del país representan el mayor sumidero terrestre de carbono y tienen el potencial de aportar el 22% de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) propuestas en los acuerdos internacionales para hacer frente al Cambio Climático.